China 2025: ocho claves políticas relevantes, por Xulio Ríos

El año 2025 llega a su fin. En una síntesis de lo que el ejercicio ha dado de sí en China no deberían faltar, al menos, estas ocho claves políticas principales.

  • Ajustes en el PCCh

El liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh) siguió reforzando sus políticas centrales, muy comprometidas con la preservación a toda costa de la estabilidad. En 2025 se registraron ajustes significativos en círculos dirigentes y militares, reflejo de dinámicas internas de poder con impacto en la política nacional e internacional. Es de destacar la reiteración del énfasis en la lucha contra la corrupción en un escenario que ya tiene a la vista el horizonte del XXI Congreso del PCCh y el centenario de la fundación del Ejército Popular de Liberación, ambos previstos para 2027.  En lo ideológico, el acento se ha centrado en la idea de modernización y su culminación a través de la implementación de nuevos logros nacionales y la continuidad del liderazgo.

  • Celebración de identidad nacional y poder militar

El desfile del Día de la Victoria en Beijing con la participación de líderes y fuerzas armadas subrayó la importancia creciente de la narrativa de orgullo nacional y del refuerzo simbólico del poder militar. El realce de la estabilidad interna se complementa con el enfoque en seguridad nacional.  En un contexto de complejidad geopolítica, anticipa un discurso y políticas continuas que enaltecen el equilibrio social, la seguridad cibernética, la gestión de información y la cohesión ideológica.

  • Estabilización de Hong Kong bajo la línea política de “gobierno de los patriotas”

Desarbolada prácticamente al completo la oposición, ha continuado la consolidación de un sistema político en Hong Kong amplisimamente dominado por figuras alineadas con las políticas del gobierno central. Las  elecciones legislativas de 2025 han transcurrido según lo previsto, inmunes a tragedias como la registrada en la urbanización Wang Fuk Court. Control político, seguridad y desarrollo, constituyen los vectores que vertebran la nueva estabilidad hongkonesa dándose por cerrada la grave crisis de 2019.

  • Una economía marcada por desafíos y reformas

Ha sido este el año de cierre del XIV Plan Quinquenal. En el balance final se han destacado los logros en áreas como la autosuficiencia tecnológica (culminación del Made in China 2025), la transición verde, la modernización industrial o los avances en la prosperidad común. En un plano general, han persistido las prioridades para la economía y el desarrollo interno, con enfoque en la calidad del crecimiento. En dicho marco, China siguió enfrentando retos estructurales: crecimiento económico moderado, dificultades en el sector inmobiliario, deudas locales, envejecimiento, presión tecnológica en la era de rivalidad con Estados Unidos y políticas para revitalizar sectores industriales clave, destacando la importancia de la innovación. La Asamblea Popular Nacional aprobó una ley para promover el sector privado, un gesto hacia la liberalización económica.

Las medidas para reactivar el crecimiento, gestionar la crisis inmobiliaria, reducir la deuda local, estimular el consumo doméstico y contrarrestar la desaceleración demográfica serán prioritarias y definirán la narrativa del “desarrollo de alta calidad” en el futuro inmediato. Asimismo,  China continuará impulsando su estrategia para liderar en IA, con avances en proyectos nacionales. Paralelamente, se profundizará el marco regulatorio para gestionar riesgos, proteger la soberanía digital y alinear la tecnología con los valores sistémicos. A lo largo del año, se han sentado las bases sobre las grandes prioridades estratégicas para el próximo ciclo quinquenal (2026-2030), un proceso político interno de gran importancia que se detallará en marzo de 2026.

  • Ajustes en la política económica y atracción de inversión extranjera

China amplió su lista de sectores aptos para incentivos a la inversión extranjera a fin de contrarrestar la caída de flujos de capital y estimular la economía ante desafíos de crecimiento y tensiones externas. En buena medida, el catalizador de ese renovado y gran impulso es la Zona Libre de Hainan, el Puerto de Libre Comercio más grande del mundo, establecido en toda la isla de Hainan. Entró en operaciones aduaneras especiales en diciembre de 2025, buscando convertirse en un polo global de libre comercio con aranceles cero para muchas importaciones, facilitación de capitales y datos, y políticas favorables para impulsar la inversión y el crecimiento económico, funcionando como una especie de “otro Hong Kong” pero a nivel provincial y en una escala aún mayor. 

  • Diplomacia y tensiones regionales

En las relaciones con Estados Unidos y la gestión de la rivalidad estratégica, la dinámica competitiva ha sido central, con importantes frentes abiertos en múltiples áreas, desde los aranceles a las sanciones a sus empresas, con China empeñada en establecer un equilibrio capaz de contrariar la nueva y muy beligerante Estrategia de Seguridad Nacional de Washington. Mientras las idas y venidas condicionan las relaciones con la UE, las relaciones con el Japón de Sanae Takaichi se deterioraron significativamente, lo que reflejó tensiones bilaterales crecientes. Más allá de insinuaciones a propósito de Taiwán, el significativo aumento del presupuesto militar nipón (cifra récord de 58.000 millones de dólares para 2026) genera inquietud respecto al repunte de las tendencias militaristas de trágico recuerdo en la región.

  • Iniciativas globales y visión de liderazgo mundial

China lanzó la Iniciativa de Gobernanza Global para posicionarse como actor responsable en este ámbito en un momento de afectación singular del orden de posguerra. En paralelo, ha promovido la consolidación de instituciones multilaterales alternativas y la diplomacia Sur-Sur, enfatizando la idea de una “comunidad con un futuro compartido”. El nuevo documento de política para América Latina y el Caribe exalta esa visión de una prosperidad conjunta.

  • Nuevos enfoques sobre Taiwán

Si bien ha subsistido la actividad militar alrededor de Taiwán, volviéndose más sostenida, regular y profesionalizada, se ha evidenciado una mayor insistencia en la pugna política con el secesionismo, apostando más intensamente por la implementación de medidas prácticas de signo cotidiano que permitan avanzar en una unificación de facto capaz de agrietar la estrategia independentista. Complementariamente, Beijing adoptó contramedidas contra empresas y ejecutivos estadounidenses involucrados en las ventas de armas a Taiwán.


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