China. La receta del prodigio

¿CÓMO HA LLEGADO HASTA AQUI?

Salvador Beltrán Talamantes, publica este volumen en Tirant Humanidades, para abordar múltiples aspectos que conforman la realidad china actual.

Se acompaña de un prólogo de mi autoría del que publico aquí un fragmento:

“Hoy en día, China es un actor clave en la geopolítica mundial, influyendo en el comercio, la diplomacia y la innovación. Su ascenso ha redefinido el equilibrio global, consolidando su papel como un referente inexcusable para decidir muchas de las cuestiones clave que afectan al presente y futuro de la humanidad.

Esta evolución ha tenido consecuencias internas no menos significativas pues, en paralelo, esto ha supuesto una elevación significativa del estándar medio de vida. A pesar del incremento de las desigualdades, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) ha experimentado una notable evolución en los últimos 50 años, reflejando el impresionante progreso socioeconómico del país. En la década de 1970, el IDH de China era relativamente bajo debido a la pobreza generalizada, el acceso limitado a la educación y la baja esperanza de vida. Sin embargo, con la implementación de reformas económicas en 1978 bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, el país inició un proceso de modernización que impulsó el crecimiento del IDH. En ese año, China era la 32 potencia económica del mundo.

Fue el crecimiento económico acelerado lo que permitió mejoras significativas en la calidad de vida. La esperanza de vida aumentó de aproximadamente 60 años en 1970 a más de 78 años en la actualidad. La educación también mejoró al unísono, con una tasa de alfabetización cercana al 100 % y un acceso masivo a la educación secundaria y superior. Además, el ingreso per cápita se multiplicó, sacando a cientos de millones de personas de la pobreza y erradicando la pobreza extrema.

En 1990, el IDH de China se encontraba en la categoría de desarrollo medio, pero en 2010 alcanzó el nivel de desarrollo alto. En ese mismo año, superó a Japón para convertirse en la segunda potencia económica mundial. Actualmente, China continúa avanzando en indicadores de salud, educación y bienestar, consolidándose como una de las economías con mayor mejora en desarrollo humano.

En este proceso, China ha seguido un camino propio y su dirigencia, nucleada en torno al magisterio del Partido Comunista (PCCh) siempre ha reivindicado la necesidad de tal premisa para alcanzar su objetivo de dejar atrás el atraso y la inestabilidad que precipitaron al país en la más absoluta decadencia tras siglos desempeñándose como la principal economía del mundo. China no acertó a la primera, a pesar de haberlo intentado denodadamente. Y en la trayectoria ha habido accidentes de recorrido destacados. Y es precisamente esa experimentación, la progresividad, el incrementalismo, etc., los principios de actuación que se han institucionalizado para avanzar en la reforma, exitosa a la postre, aunque le queda por recorrer un importante tramo, quizá el más difícil.”


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