A por China con todo y más, por Xulio Ríos

La Casa Blanca dio a conocer la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (ESN2025), un documento que refleja el firme propósito de la actual Administración de salvaguardar su hegemonía global, significativamente erosionada en los últimos años. El camino trazado para ello enfatiza el liderazgo tecnológico, el poder económico, la ventaja militar y el control de las regiones clave para su seguridad. El giro nacionalista es más marcado que en estrategias anteriores (2017 y 2022) y el punto de partida nos remite al escenario de un ciclo de gran competencia geopolítica que en los próximos veinte años dilucidará el futuro del liderazgo global.

El enfoque dictamina que Estados Unidos enfrenta un periodo prolongado de intensa rivalidad global con actores que buscan limitar su hegemonía e identifica a China como el desafío estratégico más significativo. La pretensión es conjurarlo a través de la búsqueda de una superioridad indiscutible en las áreas clave, compitiendo desde una posición de fuerza y evitando que llegue a dominar Eurasia.

El tratamiento de China es de lo más duro visto hasta ahora. No se señala solo como competidor sino como adversario sistémico e integral. Y aunque prioriza el Indo-Pacífico, las proyecciones del poder de China en cualquier continente serán objeto de asedio en tanto en cuanto perjudique su hegemonía. Ello es especialmente evaluable para América Latina pero el largo brazo estadounidense alcanzará a todo el mundo.

La prevalencia de la soberanía estadounidense deriva en negar cualquier atisbo de autonomía efectiva de terceros países en cuanto sus decisiones no resulten de su conveniencia. La denuncia como fruto de la “coerción” de la cooperación de cualquier país con China se sonroja cuando se pretende obligar a los países latinoamericanos a favorecer a las empresas estadounidenses, incluso cuando existan propuestas más ventajosas de China. El desdén que supone el mero anuncio del intento de restaurar la preeminencia en el hemisferio occidental nos retrotrae al patrón histórico de intervención e ignora los nuevos equilibrios globales, presagiando fuertes tensiones. Si el pragmatismo -y no el alineamiento ideológico- ha sido el motor de los acuerdos con China en infraestuctura, desarrollo industrial, etc., la invocación de la seguridad como argumento preferente de la injerencia convierte a cualquier región del mundo en un territorio cautivo.

Las alianzas de los Estados Unidos no se basarán en la ideología, dicen, sino en la satisfacción de sus intereses; pero eso no significa, en modo alguno, que la ideología no importe en su política exterior. De hecho, las injerencias político-electorales están al orden del día y seguirán proliferando para conformar poderes afines y alineados con sus ambiciones. Lo que se dice de Moscú es de amateurs.

La búsqueda de la superioridad militar total, incluyendo la modernización nuclear, anticipa una carrera armamentística que amenaza con retrotraernos a la Guerra Fría. Dicha dinámica se reforzaría con el desacoplamiento económico, abogándose por separar de forma activa e inmediata los sectores críticos. El representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, decía recientemente que una caída del 25% en el comercio de bienes con China iría en la dirección correcta…

El temple chino a prueba

Visto desde Beijing, la ESN 2025 confirma que el propósito central de EEUU es evitar a toda costa su ascenso apostándolo todo a la contención económica, industrial, tecnológica e incrementando el riesgo de conflicto abierto. El énfasis militar que preanuncia un ciclo de rearme a gran escala, exigido también a sus aliados, junto a la militarizacion de la cadena de suministro puede derivar en un reavivamiento de la lógica de bloques impositibilitando de facto la cooperación en ámbitos globales (clima, salud, desarrollo).

La combinación del temor al auge de China y la subsiguiente pérdida de la hegemonía advierte del inicio de una era de competencia sistémica prolongada y estructural. De igual manera que aprendió lecciones de la guerra comercial durante el primer mandato de Donald Trump, a China le toca ahora neutralizar los efectos de un desacoplamiento que se promoverá a marchas forzadas en los próximos años. Va más allá de Trump.

El dilema para la política exterior china es enorme. Los socios de EEUU recelan de unas alianzas basadas solo en satisfacer sus intereses pero no menos podría recelar de China cualquier país ante la falta de compromiso suficiente si esta no avala de algún modo sus decisiones soberanas y las dejas al pairo de las cañoneras de Washington. ¿Cómo protegerá China sus inversiones o sus empresas ante la expectativa de una quiebra generalizada de proyectos emblemáticos en todo ese mundo influenciable por los Estados Unidos? ¿Qué cambios doctrinales se operarán en su política exterior o seguirá todo igual? Lo construido en las últimas décadas podría correr serio peligro si el desamparo es la respuesta que se puede aguardar. Emulando a Italia o Panamá, ¿cuántos países podrían entonces desacoplarse de su Iniciativa de la Franja y la Ruta en los próximos años? ¿Cómo articulará las relaciones con ese Sur Global ansioso de autonomía estratégica?

El riesgo de conflicto en Taiwán persiste como  uno de los catalizadores principales de la rivalidad. Paradójicamente, la estrategia señala un matiz que podría ser algo más que semántico. El documento dice que EEUU “no apoya” el cambio unilateral del statu quo en el Estrecho, donde antes decía “oponerse”, lo que se interpreta como expresión de una desaprobación pasiva en lugar de una oposición activa. Probablemente, ello alimentará la especulación sobre la dimensión transaccional de su apoyo a Taiwán, muy condicionada por un dominio en la industria mundial de chips que Donald Trump tiene gran interés en quebrar en beneficio propio. O incluso un guiño a Xi para pactar manos libres en determinadas áreas de influencia.

China siente que el tiempo está de su lado. Y EEUU que está a tiempo de pararlo. El cronómetro final se ha activado.

(Para Agencia Hondureña de Noticias)


Comentarios

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *